miércoles, 12 de septiembre de 2018

LO VIEJO NUEVO

©Brassai, Chez Suzy, París 1931-32

Te levantas de forma rutinaria a la misma hora, te afeitas cómodamente con la misma navaja de lomo nacarado, tomas únicamente un compuesto rico en flavonoides para reducir las implosiones de tu corazón
te enfundas el mismo Cavani de siempre después de haber aplicado sobre tu cuello dos pulverizaciones de la misma esencia de oud y sales.

Conduciendo por esa carretera solitaria para acudir al mismo despacho en forma de cajetilla de palisandro. El intervalo de los últimos segundos de la misma llamada de cierre: como de costumbre mañana a la misma hora.
Regresando. La misma música,el mismo lieder de Mahler. Entras. El ruido de la puerta que estremece la jamba al cerrarse ahogando la última octava antes de tomar el mismo baño. Descansando. Bebes en la misma copa el vino de la misma côte de siempre, apagas el televisor antes de cepillarte los dientes, cierras las luces escuchando el sonido licuado de la lluvia antes de desplomarte sobre el mismo colchón de muelles ensacados y así transcurre como nunca antes el último día de tu vida.

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