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📷 Daniel Rivallo |
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📷 Daniel Rivallo |
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📷 Marcel Duchamp |
Le preguntan a Daniel Rivallo -filósofo, zipaforista y viador en los ratos libres- en qué se diferencian sus aforismos y microcuentos del resto de escritores en la actualidad
– Yo estoy escribiendo el microrrelato del siglo XXII
– ¿Es usted un adelantado a su tiempo?
– No, al contrario -responde- yo vivo continuamente en el pasado para no repetir los mismos aciertos
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📷 Csilla Mikolay |
Noche en punto. Oscuridad. El lugar es impreciso. Cansado. Lo rehúyes en el último momento. Cierras los ojos. Aquí no puede encontrarte. Pero antes de eso
te ocultas en estructuras verticales con aberturas panorámicas para observar cualquier movimiento.
En tonelajes horizontales con frentes achaflanados para la vigilancia cercana.
En cabinas prismáticas de huecos rectangulares y abocinados.
En estructuras herméticas enterradas con pequeños octógonos en la parte superior por los que te asomas.
En volúmenes cilíndricos verticales con seriación de aberturas horizontales para captar cualquier mínimo movimiento.
En armazones escalonados.
En puestos de telemetría para medir la distancia que te separa de él.
En baterías facetadas de muros laterales para volverte invisible.
En cápsulas de hormigón donde dejas de existir.
Y siempre acaba descubriéndote.
Hasta que finalmente localizas
ese rincón de poliuretano en el que te encuentras a salvo. Te sumerges en la espiral del sueño. Lo olvidas entre polímeros.
Pero antes de llegar aquí
en el preciso instante en el que te diriges hacia ese último refugio, un impulso nervioso originado en el tronco del encéfalo se dirige al ganglio de Gasser situado en la fosa craneal media, donde despierta a un axón que desdobla un puente por el que discurre una señal electroquímica que incendia varias neuronas a su paso.
El tercio medio de tu cara y la arcada dentaria superior comienzan a sentir un ligero malestar a medida que la electricidad recorre a través del axón la rama maxilar.
El bostezo que te despierta coincide con el trayecto de la señal eléctrica por el tercio inferior de la cara.
Los labios hormiguean. Sube la temperatura de tu boca. Se tensa el velo del paladar. El tímpano se estira. El sueño desaparece. Tus ojos se abren.
El dolor te encuentra de noche.
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Josef Koudelka |
Fuego
Los fusileros disparan
Fuego
Los fusileros disparan
Fuego
Ningún fusilero dispara
En el lado izquierdo de la composición el grupo de reos.
En el lado derecho los miembros del pelotón de fusilamiento.
Exánimes.
Ninguno de los dos bandos llegó a saber que el coronel sufría ecolalia.